—No me dan otra opción que llamar a sus padres ahora mismo, niños –dijo con firmeza, a Pepe y a Gilbert, el guarda de un concurrido centro comercial–. Es la tercera vez que les pido que no anden en patineta frente a este edificio. Es peligroso. Este no es el lugar adecuado para ello.

24. Pepe honra a su mamá y papá
Leave a reply